El valle de los lobos
Reseña:
Título original: Crónicas de la Torre III El valle de los lobos Autor: Laura Gallego |
Vive mucho tiempo, vive intensamente, vívelo todo. Vive por mi la vida que no pude vivir yo.>>
Opinión personal:
Los libros de Laura son ese tipo de libros que no puedes dejar de leer y que, además, están llenos de
fantasía y suspense.
Dana es una pequeña granjera, normal y corriente, a la que un día se le aparece un niño de su edad en
su jardín llamado Kai. Era un niño normal, no había nada raro en él, pero pronto Dana se da cuenta de
que solo ella puede verle y oírle, y de que es un ser inmaterial, no se le puede tocar.
Un día aparece un hombre por allí que la pregunta una dirección, pero el hombre parece haber sentido
la presencia de Kai y unos días después el mismo hombre aparece pidiéndoles a sus padres su
permiso para llevarse a Dana lejos de allí. La madre de Dana la asegura que no la están abandonando,
que con aquel hombre tendría comida de sobra y, para que Dana nunca se olvidase de su madre, le
dio a la niña un colgante que acababa en una luna cuyos extremos sujetaban una estrella de seis
puntas.
El hombre la pidió que le llamara Maestro y llevó a Dana y Kai, que había ido con ella durante el
viaje, a un valle, el valle de los lobos. En el valle había una gran torre, la Torre, donde Dana se
alojaría. La Torre era una escuela de magia, pero solo tenia dos alumnos porque, según el Maestro,
"era muy selecta".
El único estudiante allí además de Dana era Fenris, un elfo que no hablaba mucho.
Dana se pasó años encerrada en la Torre en compañía de Maritta, la cocinera, aprendiendo magia, hasta que un día se le apareció una mujer, como un fantasma, que la repetía lo mismo cada vez que la visitaba.
—Busca al unicornio.
La mujer no dejó de visitarla y cuando Dana la preguntaba algo no respondía, así que un día decidió preguntarle a Fenris.
Fenris le contó que era una Kin-Shannay, una persona que podía oír y ver a los muertos, le dijo que esa mujer le estaba pidiendo que buscase al unicornio porque si conseguía su cuerno podría convertirse en Archimaga.
Dana se da cuenta de que debe buscar al unicornio las noches de luna llena, así que, aun desafiando la primera regla de la Torre (no abandonar la Torre por la noche, ya que los lobos del valle son muy peligrosos), Dana se interna en el bosque con Kai para buscar al unicornio.
Justo cuando encuentran al unicornio y se disponen a seguirlo, le pierden y de repente se encuentran rodeados de lobos, pero lo que no saben es que el Maestro está viendo todo lo que está pasando y manda a Fenris para que lleve a Dana de vuelta a la Torre.
Esa noche, cuando Fenris estaba a punto de salvarles, Dana nota algo raro en él, algo que no encaja pero por la mañana no lo recuerda.
Un año más tarde lo vuelve a intentar, con la ayuda de Fenris, aunque este le había dicho que si desafiaban al Maestro una maldición les perseguiría por el resto de sus vidas (y para Fenris sería muchos milenios).
Durante la búsqueda del unicornio, Fenris le dice a Dana que tenga cuidado con él, que si en algún momento le mira a los ojos y no le reconoce que eche a correr y que busque al unicornio con Kai.
Y eso es lo que ocurre; dos minutos más tarde Fenris ya no es un elfo, si no un lobo amenazador. Kai y Dana corren siguiendo al unicornio, pero los lobos del valle no son normales, no les afecta la magia, no son como otros lobos y su mirada parece querer decir "venganza".
Dana se da cuenta de que están malditos, pero no dice nada, sigue corriendo para alcanzar al unicornio que se mete en una vieja casa de leñadores.
Dana y Kai aprovechan para descansar y entran en la casa, mientras Dana la protege con un hechizo (aunque no durará mucho).
Kai le cuenta a Dana esa misma noche que él es un fantasma, que murió hace mucho tiempo, a causa de un dragón al que quiso matar con dos cuchillos envenenados. Pero él era un humano y el dragón una bestia gigante y enorme de color azul. Aun así, Kai murió habiendo matado al dragón.
Hace más de quinientos años, los dragones abundaban en la tierra y a menudo se instalaban en cuevas de montaña cercanas a las aldeas, para poder saquearlas y sembrar el terror a voluntad. Y hubo una vez un pequeño pero fiero dragón azul que tomó posesión de una de esas cavernas, en las colinas próximas a la aldea donde tú naciste. Causó muchos destrozos y mató a mucha gente, pero nadie acudía da desafiarlo; todos los héroes tenían cosas mejores que hacer.
>>Entonces un joven y atolondrado granjero decidió que ya era hora de que alguien hiciese alguna cosa al respecto; así que fue a buscarlo armado únicamente con dos cuchillos impregnados de veneno, pero sin ningún tipo de protección.
>>Lo encontró destrozando un rebaño de vacas y dándose un buen festín, y quizá eso salvó al chico en un principio. El dragón lo vio y decidió que era un apetitoso bocado comparado con las vacas, pero que lo dejaría para más tarde porque ya estaba lleno.El muchacho no era rival para él y por eso, cuando el dragón oyó que lo desafiaba, se echó a reír.
>>He dicho que no era muy grande, ¿verdad? Bueno, comparado con otros de su raza, no. Pero aun así medía siete varas de largo y tres de alto, exhibía unas garras mortíferas y unos dientes como dagas; echaba fuego por la boca y era malévolo y muy inteligente.
>>El dragón pensó que definitivamente, el granjero no era rival para él. Así que, antes de que el chico se diera cuenta, el dragón le sujetaba boca a bajo con su enorme garra. El chico creyó tener una oportunidad. El dragón volaba con las garras muy pegadas al cuerpo, de tal forma que el granjero, moviéndose muy lentamente, extrajo un cuchillo de su bota y lo hundió en la carne de la criatura, que se sobresaltó y abrió la garra...
>>Caí desde mucha altura. Lo último que pensé fue que ojalá, ojalá... no hubiera sido tan estúpido. Y aprendí, demasiado tarde... que la vida es demasiado preciosa como para ponerla en peligro sin una buena razón.
>>Encontraron mi cuerpo hecho un guiñapo, y me enterraron allí mismo. Cien años después tus antepasados construyeron una granja en aquel mismo lugar. Si algún día vuelves a casa y excavas en la pared oeste del granero, bajo la ventana... seguramente encontrarás mis huesos, si es que los perros no los han desenterrado ya.
Fenris (obviamente convertido en lobo) consiguió entrar en la cabaña pero Dana rápidamente le lanzó un hechizo que le dormió y al pasar junto al lobo, descubrió una trampilla en el suelo de la cabaña.
Dana y Kai bajaron unas escaleras y llegaron a una habitación en la que encontraron al unicornio bebiendo agua de un pozo.
Mientras tanto, en la Torre, el Maestro consciente de lo que pasaba, huyó de allí junto con Maritta, sin Fenris en la Torre, estaban en peligro, así que se teletransportó hasta la cueva en la que Dana y Kai se habían escondido y les siguió.
Cuando Dana se acercó al pozo el Maestro ya estaba allí y les sacó de allí (a Fenris, Kai y ella) y les encerró en una cárcel mágica.
Aonia (la mujer que visitaba a Dana) tomó posesión del cuerpo de Maritta e impidió al Maestro que consiguiera el cuerno, pero antes de que le matara, huyo de nuevo a la Torre llevándose a Fenris con él (para protegerse de los lobos).
Lucharon y al final, Maritta (Maritta, no Aonia) mató al Maestro, pero en ese momento todos supieron que una maldición les perseguiría el resto de sus vidas, como le había pasado al Maestro.
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